Capítulo 4
Peter está a mi lado en el embarcadero y yo no puedo ser más feliz. El mira mis ojos marrones y yo miro los suyos de color verdoso. Se acerca a mí poniendo cariñosamente su mano en mi mejilla. Sé que me va a besar, es un momento tan deseado... Se inclina y me pongo muy nerviosa. Me sudan las manos. Por fin me besa. Parker se separa de mí y me sonríe. Me tenso al darme cuenta de lo que acabo de hacer. ¿¡¿Parker?!? Sus ojos azules están brillantes de la emoción, mientras que en los míos solo se refleja terror. ¿Que acabo de hacer? El habla, pero no escucho lo que dice. Solo escuchó un ruido muy fuerte, molesto y estridente. Caigo al agua.
-¡Buenos días! -Sky está sentada en mi cama sujetando el despertador que me ha puesto en la cara.
Suspiro.
Solo ha sido un sueño.
-¿qué haces? ¡Quita! -La saco de la cama como puedo y miro la ventana.
-¿Ya te ha pedido perdón?
-No, me ha abierto tu madre. -habla muy rápido y me cuesta seguir sus palabras.
-¿Quieres apagar ya esa cosa? -Me tapo la cara con el brazo- ¿Qué hora es?
-Las seis menos cuarto -Apaga el despertador tranquilamente, como si no acabase de decir un locura.
-¿y porque tan pronto? -Me quejo sin entender porque cada día es antes
-Porque vengo a avisarte de que hoy vas a tener que ir sola a clase. –juguetea con el despertador que tiene en las manos dándolo vueltas con los dedos. Esta nerviosa.- Yo llegare después.
-¿Te vas con tu novio imaginario? -No entiendo por qué la pone eso tan nerviosa, ni porque tiene que venir ella personalmente a decírmelo. Podía habérselo dicho a mi madre o mandarme un mensaje al móvil. Esto es muy raro.
-Eh...sí. -responde poco convencida- Me voy ya. Adiós, te quiero
Sky sale por la puerta sin dejarme despedirme, esto no es normal en ella y parece preocupada. Estoy a punto de seguirla para preguntarla que la pasa cuando me doy cuenta de que puedo preguntarla en clase cuando llegue. Ahora parece tener prisa y yo estoy tan dormida que igualmente no me iba a enterar aun intentandolo.
Me visto y voy a desayunar. Veo a mi madre en la cocina y me entero de que Sky desayunó aquí antes de irse. Sonrío, me termino el desayuno y voy al instituto, sola.
Me asomo a mi clase, pero aún no hay nadie. El instituto es un edificio antiguo. Tiene las pareces agrietadas y las mesas rajadas. Mi profesora de lengua dice que es mejor así. Que así no nos distraemos mirando cosas que no son nuestro cuaderno, nuestro libro o la pizarra. Puf. Como si no hubiesen otra cosa a la que mirar... Chicos, por ejemplo.
Me siento en mi mesa. No estoy ni muy delante ni muy al fondo. Estoy en el medio, el lugar perfecto para pasar desapercibida sí no haces ninguna tontería.
Empieza a llegar gente, entre ellos él. ¡Un momento! ¿Desde cuándo a Parker se le puede llamar "él"? suena muy íntimo, no me gusta...
Parker entra en clase con una chaqueta de cuero y ya es la segunda vez me fijo en sus trabajados músculos. Me mira, sonríe y se queda pensativo unos instantes. Después va al fondo del aula, pero en vez de sentarse, coge su mesa y la coloca al lado de la mía.
-¿qué haces? -pregunto agarrándolo del brazo antes de que se dé la vuelta. Al instante él se tensa. Lo sé, porque lo noto en la muñeca que le estoy agarrando, la de la mano derecha.
-¿Tu qué crees? -Guiña un ojo se suelta de mi agarre rápidamente. Ha sido rápido, pero aun así, me ha dado tiempo a ver que le ha molestado que le tocase. Va al fondo de la clase y coge la silla. Le miro mientras la trae. Supongo que cree que si le llamé puede tener oportunidades. Bueno, pues si quiere algo conmigo tendrá que hacer algo más que sentarse a mi lado.
Y eso es lo que hace, Parker se sienta y me sonríe.
-Me gusta este sitio -Parker me mira- Desde aquí hay mejores vistas.
Por la forma en la que lo dice supongo que no se refiere a la de los profesores, por lo que, aunque sé que ya no llevo la ropa de ayer, siento la necesidad de taparme, pero me contengo y le miro indiferente
-Pues a mí no me gusta -Le miro- Creo que hay algo en medio que no me dejara atender en clase.
-yo también lo creo -Parker me guiña un ojo.
Cada vez llega más gente, entre ellos Sky. Sonríe alzando una ceja al ver a Parker al otro lado de mi mesa. Por suerte disimula y no hace ningún comentario así que yo se lo agradezco mentalmente.
-Hola -me saluda- Siento haberme ido así.
-tranquila, no pasa nada. -La sonrío
-Tengo una buena noticia para ti. -dice sentándose a mi lado. Ahora esta ella a un lado y Parker al otro, dejándome a mi entre los dos.
Oh. A saber que es ahora... como sea algo como lo de ayer...
-Sorpréndeme -digo con indiferencia sacando el libro.
-toma -saca un papelito del bolsillo y me lo deja en mi mesa.
Lo cojo.
-Es su Skype.
¿El Skype de quién? Abro el papelito y veo que es un nombre de usuario de Skype. El nombre me llama la atención.
Miro a Sky con el corazón latiéndome muy rápido y los ojos brillantes de la emoción. Ella me sonríe
Peter. Concretamente algunas de las cifras del nombre forman la palabra "Peter"
-Me dijo el mismo que te lo diese. –Sky habla a regañadientes y se que ella lo hace porque Peter se lo pidió, no porque ella quiera. De ser por mi amiga ya estaría casada con el chico que tengo al lado.
-gracias -susurro casi sin dar crédito a lo que ven mis ojos.
Me llena de satisfacción saber que fue idea de Peter el que yo lo tenga.
Noto como Parker tensa la mandíbula y aprieta los puños que tiene sobre la mesa que tengo al lado.
Me da la sensación de que va a soltar alguno de sus comentarios, pero antes de tan siquiera abrir la boca la profesora entra en clase.
Empezamos las clases de hoy en silencio mientras aprieto con fuerza ese pequeño papelito de grandes esperanzas contra mi pecho.
No sé si es por mi sueño o porque luego voy a ver a Peter, pero no puedo centrarme en nada de lo que explican los distintos profesores a lo largo del día. Creo que es por mi sueño ¿Porque era Peter y luego Parker? no tiene sentido. A mí solo me gusta Peter.
A veces pillo a Parker mirándome, cuando esto ocurre me sonríe y yo le dedico una tímida sonrisa, después aparto la mirada pero sé que él no lo hace.
Las clases terminan hasta mañana ¡por fin! Cojo mis cosas y las meto en la mochila que me cuelgo del hombro y voy a salir de clase cuando noto algo diferente. Parker no me ha agarrado y cuando me giro para ver que hace, ya no está. es raro pero siento nostalgia por eso.
Salgo de clase y corro hacia mi casa.
Cuando salgo de la ducha enciendo el ordenador y espero los, que me parezcan eternos minutos para que cargue.
Pongo su nombre en el ordenador. Hay cinco resultados que se llaman igual. ¡Mierda! Miro las fotos rápidamente. La primera es de un agila saca de internet. La segunda de un chico con un perro. La tercera de una pareja besándose. El cuarto resultado es de unos ojos verdes intensos. Opto por ese resultado porque no me gusta la tercera opción, y dudo muchísimo que sea una de las dos primeras.
Ni siquiera me molesto por ver la quinta.
Le envío una rápida solicitud de amistad.
Segundos después de enviarla me llega un mensaje
Ya era hora.
Y otro más.
Te estaba esperando.
Segundos después me llega una llamada.
La acepto.
veo un chico, esta de espaldas a mí, por lo que aprovecho ese momento para observarle. Lleva demasiada ropa para esta época del año y parece tenso. Su internet debe ir mal porque le veo muy pixelado, pero me da igual, le estoy viendo y eso es lo que importa.
Está en una de esas sillitas con ruedas que dan vueltas.
Le saludo.
Se gira, me ve y sonríe
-¿Alison?
Le miro a la cara y me encuentro con unos ojos verdes. mi corazón deja de funcionar durante unos instantes y la sangre se me congela.
-Peter... -Susurro- eh... hola
Tiene el pelo y parte de la cara tapada por la capucha de la sudadera pero reconocería esa mirada en cualquier lugar.
Hay muy poca luz en la habitación en la habitación en la que esta, y desearía poder verle mejor, pero aun no vuelvo a tener la confianza suficiente como para decirle que encienda la luz.
-hola, ¿Cómo estás? ha pasado mucho tiempo...
Vale, sé que entre que va muy abrigado, se písela y se ve muy oscuro, no lo estoy viendo muy bien que digamos, pero es él y eso es lo importante.
-Sí, la verdad es que no sé nada de ti desde que te fuiste. ¿Cómo te ha ido? ¿Qué has hecho en este tiempo? -aun no me puedo creer estar viéndolo.
Se tensa un poco y dice
-Bueno, me tuve que ir porque a mi padre le salió un trabajo fuera del país. yo sabía de la oferta desde hace tiempo pero no fue hasta la noche antes de ir allí cuando mis padres me dijeron que habían tomado la decisión de ir.
Se calla.
-Oh, bueno -tranquilo, ¿Que tal le fue el trabajo? -noto que le molesta que pregunte, pero no entiendo el por qué- Espero que fuese bien tod..
-Alison -me interrumpe subiendo el tono de voz- Quería... eh... Pedirte perdón. Ya sabes, por irme sin avisarte
Me he quedado en blanco. Literalmente no sé qué responder. Me alagan sus disculpas y entiendo que si se ha ido del país no podía llamarme porque una llamada al extranjero cuesta un montón, pero no se me olvida que sí pudo contactar con Sky.
Por suerte el parece que no ha terminado y que sigue hablando.
-Espero que puedas perdonarme, porque me encantaría verte el dom..-El audio se corta pero la imagen sigue. Sólo le veo mover los labios. Y uf que labios.
El sigue hablando pero esta vez no es a mí, sino que mira a otro sitio, donde supongo que estará la puerta.
Cinco segundos después el audio vuelve
- Estoy muy contento de volver a estar con vosotr... -mira para la puerta y después a mi otra vez- Alison... eh... Debo pedirte una cosa
Oh, no. Me mira y por la forma en que lo hace sé que no me va a gustar.
-Vale... dime
-Me acaban de llamar y es importante. No puedo quedarme, lo siento. -Parece arrepentido- ¿podemos hablar esta tarde?
-Sí, dime tu número.
-No, no. -Negó demasiado rápido- ¿Sigues teniendo el mismo número de antes? Mejor te llamo yo.
Peter colgó sin darme la oportunidad de responder a su pregunta. Por suerte, si era el mismo número.
Esperé y esperé pero su llamada no llegó. Quise llamarlo, pero eso era imposible ya que no tenía su número. En ningún momento le culpe a él por ello. Pueden haber pasado muchas cosas, además ya ha pasado un año desde la última vez que nos vimos realmente, por lo que lo más normal es que hubiese borrado mi número. Empezaba a ponerme nerviosa, así que decidí salir a dar un paseo para despejar mi mente.
Y así estoy ahora: El viento me da en la cara y me revuelve el pelo que tengo suelto. Cuanto más rápido voy, mejor me siento. Lo único que escucho es el sonido que hacen las ruedas de la bicicleta sobre el asfalto y me concentro en ese ruido. Me siento libre, y por primera vez en todo el día dejo de sentir esa angustia que me impedía respirar. Ahora ya no pienso en que quizás haya conocido a alguien mejor. Y así, metida en mis pensamientos, dejo de ver el paisaje, dejo de ser consciente de que doy pedales, dejo de escuchar el engranaje de la cadena girar... Solo vuelvo a concéntrame en donde estoy cuando todo me resulta familiar. Estoy en el embarcadero. Siempre que algo me pasa por la mente suelo venir, pero ese no era el plan de hoy. Igualmente no le veo por ninguna parte, por lo que decido quedarme.
Por suerte cogí un bolso antes de salir de casa. Lo abro y encuentro el dinero suficiente para comprarme un refresco, mi teléfono móvil del que no voy a separarme en toda la tarde, las llaves de casa y un libro. Me quedo, está decidido. Me siento en la arena, me coloco mis gafas de sol y empiezo a leer...
Hace viento, y la arena se me ha metido en los ojos por estar tumbada. Miro a mí al rededor buscando lo que está sonando. Me siento y veo que es mi móvil. Maldigo en voz baja a quien me despierta. ¡Un momento! ¡Me he quedado dormida! ¡En la playa! me miro los brazos y veo que no me he quemado por el sol. Uf, menos mal que he ido en un día medio nublado. Cojo el móvil y en la pantalla aparece un número que me es familiar pero que no está guardado en mi agenda. Dejo el móvil en la arena y me pongo de pie ignorándolo, sea quien sea no tiene derecho a despertarme. Vale, sé que no son las seis de la mañana pero seguramente si de la tarde y las seis a partir de ahora serán mis horas sagradas. Sacudo la arena que se ha metido en el libro lo guardo en el bolso. Me quito las gafas cada vez más irritada. La música de mi tono de llamada sigue sonando y la pantalla está encendida ¡¿¡Es que no se cansa!?! De repente dejo de estar lo suficiente aturdida como para no darme cuenta de quien llama ¡Mierda! Abro mucho los ojos y me tiro a la arena como un jugador de Vóley playa para coger el móvil. Contesto a la llamada.
-¿Si?- Mi felicidad no puede ser mayor, este es el momento más esperado de todo el último año de mi vida
-Hola, Alison -Cuando Parker responde mi desilusión es tan grande que quiero colgarle. ¡Era obvio que tenía que ser él! he tenido su número apuntado en mi brazo durante dos días, ¿Cómo no me iba a ser familiar?
-¡Puag! Eres tú -respondo con asco
-Me lo tomare como un cumplido -ahí esta ese tono irónico de "Soy mejor que nadie", otra vez.
Puf. Como si me importase lo que piensa.
-Tómatelo como quieras -Añado con desgana
-Uh. Alguien tiene mal despertar -Su tono burlón es muy molesto.
-¿Pero tu como sabes que...? ¿Se me nota mucho?
-No, tranquila. Solo lo mismo que cada mañana.