Capítulo 22

Parker me sonríe y me mira emocionado. Me está hablando pero no logro entender nada de lo que dice. Sinceramente no lo escucho, pero tampoco me importa. Sé que lo más normal sería asustarse si te das cuenta de que no eres capaz de oír nada, pero a él no parece importarle que no me entere de ninguna palabra que salga de su boca. Además esta tan relajado y feliz que es difícil creer que algo vaya mal. Creo que aún no se ha dado cuenta de que no puedo escucharle. La verdad es que en este exacto momento me gustaría poder saber que estaba diciendo ya que nada más callarse, empieza a reír. Ojalá pudiese escuchar sus carcajadas...

Es como si una burbuja de aire nos separara: Estamos al lado y nos podemos ver o tocar, pero hay algo que me impide escucharle

Sin embargo no me importa. ¿No puedo oírle? Bueno, pues no me importa. Puedo verle y eso me hace feliz porque le veo feliz. Me recuerda a esa tarde en el embarcadero en la que me enseño el "columpio", estaba tan emocionado que parecía haber olvidado todos sus problemas.

Le miro sonriendo y veo que él está diciéndome algo mientras se acerca lentamente. De repente se calla y pasa sus manos por mis caderas cariñosamente. Justo ahora me doy cuenta de que estoy reviviendo nuestro beso de ayer. Es cierto que me siento un poco desilusionada de que no sea de verdad, pero aun así me siento bien a su lado.

Suena mi teléfono pero lo ignoro. No sé quién será, pero estoy segura de que no es una hora decente para llamar. No si interrumpen este momento. Miro a Parker pero él parece un poco incómodo, supongo que por la llamada que nos a interrumpido. Sea quien sea acaba de entrar en mi lista negra. Ignoro el móvil pero él no parece querer hacerlo. ¿Quién es? ¿Porque insiste tanto? suspiro y saco mi móvil del bolsillo, pero cuando voy a colgar veo que no hay ninguna llamada. Qué raro, pero si es el tono que tengo puesto a Parker. Un momento... ¡se supone que no puedo oír nada! Además, ¡él está a mi lado!

Recuerdo que estoy metida en un sueño y lo comprendo todo. No sé qué hora es pero por lo que parece Parker tampoco ya que me llama a una hora en la que estoy durmiendo. Miro a Parker -al del sueño- porque sé que el sonido me despertara en poco y deseo que me bese ya y así despertarme tranquila, pero cuando le miro, veo que su tranquilidad ha desaparecido. Está nervioso. Alterado. Incluso asustado. Pone sus manos en mis hombros y me grita pero yo no puedo oírle. No sé qué pasa, es como si la llamada le preocupase. Me zarandea cada vez más rápido y más fuerte. ¿Y si es una emergencia? ¿Y si no puede esperar? Parker sigue gritando y yo no logro escucharlo. Lagrimas resbalan por sus mejillas y sé que está sufriendo.

-¡Responde al maldito teléfono! -ese grito si puedo escucharlo y con eso me despierto. Me duele la garganta y estoy sudando. Las sabanas están revueltas por la cama y la almohada en el suelo.

Suspiro y contesto al teléfono.

-¿Qué quieres? -pregunto entre dientes a modo de saludo.

-¿Un mal despertar, princesa?

-Pues con tu voz... ¿qué esperabas? -mi tono es irritado. Quizás más de lo que debería teniendo en cuenta de que esto, es por no poder besar su reflejo en un sueñ... Un momento. ¿Qué ha dicho?- ¿Princesa? -pongo los ojos en blanco- nunca me llamas así. -así me llamaba Peter para hacerme la pelota cuando necesitaba algo, por aquel entonces éramos pequeños, y solía decírmelo a menudo. ¿Qué quieres?

-Lo sé, mi voz es encantadora hasta por las mañanas. No es por lucirme, pero tienes buen gusto -vale, Parker se está divirtiendo- he decidido cambiarte la forma me llamarte, creo que tengo derecho después de lo de ayer.

-vale, como quieras -mi voz es neutral y sin expresión- ¿qué pasa?

¿Cuantas veces se lo he preguntado ya? ¿Tres? ¿Porque no responde?

Ve al grano, Parker.

-¿es que no puedo llamarte simplemente para escuchar tu voz?

-A las... -miro el reloj- ¿ocho de la mañana? No. por supuesto que no, ¿qué quieres?

Parker ríe, pero su risa es diferente. No es alegre, ni siquiera irónica, es como... como fría y siniestra. Como preocupada o nerviosa. No sé, puede que sea todo eso junto. Es diferente.

-Necesito verte. En la playa. Tienes una hora.

Wow, Wow, Wow. Un momento. ¿Eso es una orden?

-¡Señor, sí, señor! -respondo lo más firme que puedo dejando ver que me ha molestado la manera en la que lo ha dicho.

-nos vemos... -noto que suspira desilusionado, como si la idea de verme le molestase- princesa -dice saboreando cada silaba de la palabra lentamente.

Cuelga. Vaya. No parece haberse dado cuenta de mi ironía al decir eso último, ni tampoco de mi seriedad al decirle que no me llame así nunca más. Dejo el móvil en la cama y me levanto. Abro el armario y elijo un largo vestido playero.

Sé que no termino bien la última vez que hable con Sky de besos, pero siento que deseo contarle lo de ayer con Parker.

Cojo el móvil y lo guardo en mi bolso.

Voy a la cocina -con el bolso en la mano- cojo un post-it vacío de la mesa. Escribo un rápido mensaje a mi madre explicándola que he salido y lo pongo en la puerta de la nevera.

Salgo de casa rápidamente, aunque voy por el camino largo y que no tengo tanta prisa.

Si ando rápido es por impaciencia y ganas de llegar ya.

Llego a la playa en veinte minutos antes de la hora a la que he quedado con Parker. Perfecto porque así aprovechare para llamar a Sky.

Además se me ha olvidado desayunar por las prisas.

Saco el móvil y mi monedero del bolso. Llamo a mi amiga y sujeto el teléfono con la oreja y el cuello mientras rebusco en el monedero para coger dinero.

-¡Vaya! ¿Qué haces despierta a estas horas? -parece realmente sorprendida, lo que me molesta un poco

-He quedado con Parker en un cuarto de hora. En la playa. - Cuando tengo el dinero necesario, guardo torpemente el monedero en el bolso y sujeto el teléfono con la mano- Ayer nos besamos -una sonrisa se escapa de mis labios mientras camino hacia una cafetería para comprar algo para desayunar.

-¿Qué? ¡Eso es fantástico! -vaya, ¿ahora se alegra...? sí que se tomó enserio lo de que me olvidase de Peter.- ¿Y porque has quedado en la playa? Ya sabes, podrías ir a su casa y lueg..

-¡Solo nos besamos! -digo hablando por encima de su voz.

-Pero... ¿significo algo para ti?

-Muchísimo. Tenías razón, Parker es mejor opción.

A pesar de que un coche pasa lo suficiente cerca como para que el ruido del motor tape su voz, la escucho suspirar aliviada.

-Siempre la tengo -Pongo los ojos en blanco y supongo que se da cuenta porque cambia de tema rápidamente- ¿Dónde estás? No suena a la playa, sino más bien a tráfico.

Cruzo la calle y abro la puerta con la mano en la que tengo el dinero.

-Claro, es por la mañana, mucha gente va al trabajo a estas horas. -hago una pausa.- estoy entrando en la cafetería de enfrente a desayunar algo.

-¿Qué? ¿Todavía? -Dice alterada- Quedan diez minutos para que le veas ¡No quiero entretente!

Dos segundos después es cucho un continuo pitido que me indica que Sky ha colgado. Sonrío por su impaciencia y al mismo tiempo por mi buena suerte de que no hay cola. Además la he dicho que quedaban quince cuando quedaban veinte, y según ella queda diez, por lo que quince quedan ahora. Es más del tiempo que esperaba.

-Hola, buenos días, ¿Que desea tomar? Una chica a la que nunca antes había visto aquí y que parece nerviosa -supongo que porque será nueva- teclea torpemente mi pedido en una máquina, mientras que una pareja entra en el local.

Cuando termina, saca dos tickets de la máquina. Uno me lo da a mi -después de pagar el precio indicado- otro se lo da al chico que esta de ella. Él rápidamente lo prepara y me lo da en una pequeña bandeja.

-Muchas gracias- decimos el chico y yo al uniso.

Cuando me giro, veo que el local empieza a llenarse de toda esa gente que tiene que ir a trabajar. Cuento unas 5 personas aparte de la pareja. Tres de ellas son unos señores con traje y corbata, lo que confirma mi teoría de que aquí es donde toda esta gente desayuna antes de ir a trabajar.

Me siento en una de las mesitas que hay cerca de la ventana y observo la gran ironía: al fondo, una playa casi vacía donde las olas invaden la arena para después ser devueltas al mar, traen una inconfundible tranquilidad, para nada comparable con la gente que se estresa por los semáforos o por no llegar a tiempo a la parada del autobús.

Según sale la gente del local, otra va llegando. Entre ellos un chico, que se acerca a mí.

-¿Está ocupado este sitio? -Miro hacia él apartando mi mirada de la ventana. Peter, con su inconfundible sudadera, y su gorra señala a la silla que tengo enfrente.

Tiene la cabeza gacha y como siempre la voz ronca por una "gripe" que según él, pillo por ahí. Lleva más de un mes así.

-¿Qué haces tú aquí?

-Vengo a desayunar. Como cada mañana desde que he vuelto -hace una pequeña pausa, como si pensase- me apuesto lo que sea a que me espías desde fuera y controlas mis horarios y todo eso. Seguro que has entrado fingiendo que no sabías que yo llegaría minutos más tarde.

Uhg. Este chico cada día es más repelente. Y pensar que estuve enamorada de él...

Hago una mueca.

-¿qué te parece apostar tu ego a que no es verdad?

-Aun no me has respondido. ¿Me puedo sentar?

-Pues la verdad es que no quiero la compañía de tarados como tú -él no me va a amargar este día. Ni él, ni nadie.- Además tengo mucha prisa. Tengo cosas que hace... -me callo al ver que se sienta sin pillar la indirecta. Dejo mi cola cao a medio beber en la mesa.

-¡Vaya! Pero si me has comprado mi desayuno favorito. y luego duces que no me ves... -dice cogiendo mi donut y dándolo un gran mordisco, mientras yo hago lo posible por evitar que se me caiga la mandíbula- no hacía falta que te molestases, pero gracias.

-En realidad- le arrebato el donut de las manos.- eso es para mí.

-ah. Perdón -dice con la boca llena, sin parecer arrepentido en absoluto. De hecho, creo que va a sacárselo de la boca y a ofrecérmelo. Por suerte se lo traga antes de cometer más estupideces- bueno, ¿A qué tanta prisa?

-No te importa.

-¿Quieres que te siga para saberlo?

-He quedado

-Que guay. ¿Con Sky? ¿Puedo ir?

Esa última pregunta parece hecha simplemente por educación, pues tenía pinta de ser una afirmación.

-En realidad, es una cita. Con un chico

-Oh, qué bonito. Debería ir yo.

-¿Qué? ¡Ni hablar! - ¡Pero de que va? ¿No se va a dar por vencido?

-Claro que sí. -dice como si fuese lo más normal- Debo de darle el visto bueno. ¿Para qué están los amigos sino?

Miro la hora. Quedan tres minutos.

Me termino el cola cao sin responder y me levanto dejándole el donut a él

-Espera, voy contigo.

-no vas a venir.- llego a la puerta del establecimiento y cinco segundos más tarde Peter está cruzando la puerta conmigo.

-Aunque sea déjame acompañarte.

-No quiero

Me agarra de la muñeca haciendo que pare de andar. Eso me recuerda a Parker a principios de conocerle.

-Podemos discutir esto hasta que se haga tarde o ir como personas normales hasta vuestro punto de encuentro. Cuando él llegue me iré.

-no. no necesito que me acompañes.

-claro que sí. Podrían robarte mientras esperas.

-hay mucha gente. Nadie en su sano juicio me robaría ahora.

-Nadie en su sano juicio robaría.

-te repito que hay mucha gente.

Es ilógico que alguien se ponga a robar con tanto público.

-exactamente por eso, cualquiera de todos ellos -señala a la gente- podría ir a robar.

Vuelvo a mirar la hora. Un minuto.

Vale -digo entre dientes- puedes acompañarme. En cuanto llegue te vas.

-hecho.

En lo que cruzamos la calle no paro de pensar en la estupidez de que el venga. Con suerte, Parker aun no habrá llegado. O mejor, estará ahí.

Por alguna extraña razón, Parker parece de los celosos. Si me ve con Peter, posiblemente le dé un buen puñetazo.

Llegamos a la playa justo cuando la radio de un coche de los que llevan la música muy alta anuncia las nueve de la mañana.

Perfecto.

-Bueno... ¿Dónde está el chico misterioso? -Peter parece nervioso a pesar de sus jueguecitos.

Aquí el único chico misterioso eres tú, pienso.

-¡Viene por ahí! -digo señalando al primer chico que veo con dirección a la playa.- Corre, vete -empujo de Peter para que se aparte pero él no parece tener intención de irse.

-¡Déjame saludarle!

Oh. No. el chico viene hacia la playa pero no en nuestra dirección. Peter me mira alzando una ceja y rápidamente deja de estar a mi lado, para situarse frente a mí. Me agarra ambas muñecas con sus manos

-Alison... -suspira.- si no recuerdo mal, debo decirte algo.

-¿Que...? tu no debes decirme nada. De hecho, lo único que debes hacer, es irte. -empiezo a ponerme nerviosa. Parker llegara en cualquier momento.

-oh, pero yo... -Peter se lleva las manos a la capucha de la sudadera y se la quita, dejando ver algo más que la visera de la gorra. Juraría haber visto esa gorra antes. -pensé que querrías -Parker se quita la gorra y la sujeta en su regazo- una explicación. - dice con su voz normal quitándose la sudadera y agachando la cabeza.

Tiene una camiseta interior de tirantes debajo de la sudadera -que se acaba de quitar- por lo que es muy difícil centrarme en su cara en vez de fijarme en su definido abdomen.

-¿Parker? -le miro aguantando la respiración.

¿Qué es todo esto?

-Cuando mi padre mato a mi madre, me llevó con él a un pueblo, después volví y te vi. -habla demasiado deprisa.- Cuando estaba aquí, pensaba que te quería, ya sabes, de esa forma que se quieren a los amigos, nada especial ni de otro mundo, pero cuando me fui, seguía pensando en ti constantemente. Solo entonces me di cuenta de que te deseaba. Pero a lo largo de ese año cambie, ya no soy el mismo. Peter... -suspira- Peter no existe. -se pone serio, pero sigue hablando nervioso y rápido pero firme. De hecho, solo se le nota nervioso por que juega con la gorra entre sus dedos, pero nada más.- Mi personalidad y mi nombre cambiaron al uniso. Mi nuevo nombre es Parker.

-¿Que intentas decirme? -Todos mis temores se arremolinan sin hacer una fila, sino que se mutilan los unos a los otros creándome dolor.

-Cuando volví -continua hablando- Me di cuenta de que seguías enamorada de Peter, pero ese chico ya no existía. Fui un cobarde y en vez de aparecer de nuevo, se me ocurrió que podía aparecer como Peter, pero ser malo contigo para que te olvidases de él, y al mismo tiempo intentar ser tus amigos desde mi nuevo yo: Parker.

-¿Que mierdas estas diciendo? -la garganta me arde como si estuviera llena de lágrimas.

-En su momento me pareció buena idea, pero cuando lo puse en práctica me di cuenta de que había sido una estupidez. Pero luego... Me vi metido en ese plan y conmigo más gente que no debía. Pensé que me descubrirías en cualquier momento, pero no fue así, tu confiaste tan plenamente en mí que me dolía porque sabía que no hacía más que engañarte....¡me ha salido como la mierda!

No puedo llorar. No quiero hacerlo.

-Claro que confié -recalco esa palabra en pasado, para que no piense ni por un segundo que sigo haciéndolo-, se suponía que erais mis amigos.

¿Cómo he sido tan tonta? ¿Porque no me he dado cuenta?

-Mis intenciones eran enamorarte de mi nuevo yo. Pero cada vez que hablabas con Sky, la decías que estabas loca por Peter. Era horrible. Me habías convertido en uno de esos amores platónicos y era imposible sacarme de tu cabeza.

-¿Sky sabia esto? -con solo pronunciar esas tres palabras ya siento un nudo en el pecho.

-Ella fue quien me dijo que estabas en la cafetería.

-Me habéis estado engañando todo este tiempo... -empiezo a comprender todo esto que está pasando y el dolor es tan fuerte que me corta la respiración.

Era de mi de quien hablaban cuando lo ocurrido en la estación. Sky le decía que me lo contase cuando yo estaba dormida, se refería a esto. De hecho es posible que Sky y el chico de la moto fuese de lo que hablaban el otro día. más gente involucrada en la mentira

Parker coloca sus manos sobre mis mejillas y me mira a los ojos. En los suyos veo un arrepentimiento tan grande que me duele.

-Alison por favor, no culpes a Sky. Ella nunca estuvo de acuerdo con mi idea.

-pero me engaño igual

-Lo siento, ¿sí?

¿Que lo siente? ¿Y de qué sirve sentirlo? eso no va a cambiar nada. ¡Dios! Peter es Parker.

-Sí, pero tu solo has tenido un... -Pienso en las palabras adecuadas con las que expresar lo que ocurrió, sin que sean demasiado bruscas- ¡Un cambio en tu vida! -digo finalmente al borde del llanto- Eso no te da derecho a modificar la vida de todos

-¿Me estas llamando egoísta? -Parece muy indignado- tú me lo pediste. Tú querías el cambio.

no doy crédito a nada de esto. ¿Me está gritando? ¿Está enfadado conmigo? ¿Qué le he hecho yo a él? Empiezo a llorar sin poder evitarlo y me odio a mí misma por hacerlo delante de él.

-No. Solo he dicho que eres una mala persona. -cierro los puños con fuerza a mis costados, cabreada.- Hace un tiempo te dije que eras un monstruo, pero después decidí dejarlo pasar. Esta vez no. Eres un monstruo y solo has venido a hacerme daño.

-¡Eso no es verdad! -se lleva las manos a la cabeza tirándose del pelo con fuerza, haciendo que todos sus músculos se tensen. A aparto la mirada, no es buen momento para hacerle un repaso, por lo que miro hacia el agua - Yo vine porque te quería.

JÁ. Intento controlar mi ira. Tengo que calmarme antes de que me dé un ataque al corazón, así que decido respirar como mi madre me enseño que debía hacer: Profundamente.

Cada vez que una ola llegue a la orilla cojera aire. Cada vez que esa ola vuelva al mar, lo soltare.

Inspirar, espirar. Es fácil. Sin embargo no me puedo centrar en eso teniendo mi mente a punto de estallar.

Se hace un incómodo silencio entre los dos, por lo que digo mucho más relajada intentando tener autocontrol y no darle yo un buen golpe:

-Siento impotencia por todo esto. -Admito mirando al suelo, a la orilla.- La siento porque sí que quería el cambio, porque tú me avisaste de que tu vida no era bonita y aun así quise formar parte de ella -Niego llena de rabia y de sueños rotos- Creí que.. Creí que yo podría hacer de tu vida un lugar mejor, ya sabes, eres como un pájaro recién nacido, necesitas a una madre ahí que te de calor y te lleve la comida a la boca hasta que crezcas lo suficiente como para aprender a volar y construirte tu propio nido, pero te caíste del árbol demasiado pronto y... bueno, imagine que si te recogía e intentaba construirte un nido o incluso dejarte entrar en el mío, podrías estar mejor. El problema es que tú no has apreciado que yo me haya intentado meter en tu vida para que te sientas agusto conmigo, en vez de eso has cogido mi nido y lo has roto también. ¿Qué pretendías? ¿Crees que por no poder tener una buena vida tienes derecho a estropear la de los que te intentamos ayudar?

-Sé que he hecho mal, ¿Vale? Soy impulsivo y a veces reacciono sin pensar. al principio la idea de mentir me parecía perfecta ahora sé que solo fue una estupidez. Pero en ese momento mi mundo se derrumbaba sobre mí: lejos de mis amigos, sin poder estar con la chica a la que deseo, descubriendo que mi madre murió en manos de mi padre que al parecer oculta algo.

-¿intentas justificarte diciendo que por tu dolor, yo merezco el mío?

Me concentro en las olas. Inspirar. Espirar.

-No, pero...

-Nunca te vi en las noticias -le interrumpo- ni tu casa, ni la policía ni nada de eso

-Ya te he dicho que siempre lo decían a la misma hora. Sky se encargaba de llamarte o entretenerte para que no lo vieses. al principio le era fácil porque tu necesitabas que alguien consolase la perdida de tu amigo. Después, sus visitas ya eran rutina.

-si pudiste ponerte en contacto con Sky, ¿porque no con tu familia para explicarles lo ocurrido? -o conmigo, pienso.

-En esos momentos estaba completamente desubicado. Me he arrepentido muchas veces desde que estoy aquí, pero en esos momentos, yo no sabía qué hacer. Tenía miedo de que mi padre me viese, pero por hablar con una amiga no pasaba nada. Además, el amor hace locuras, ¿No? eso es lo que siempre nos dicen. Bueno pues te puedo decir que es verdad. Prefería hablar con Sky sobre ti antes que enfrentarme a mi familia admitiendo el hecho de que mi madre estaba muerta.

-fui tan inmadura que me deje llevar por ti. -susurro para mis adentros-Confié en ti y tu me has fallado. Y lo peor es que si eres Peter esta no es la primera vez que me haces daño.

-Intente hacerte ver que mi vida no es perfecta y aun así quisiste venir conmigo.

Sí, eso es cierto. Me he dejado llevar por él, a pesar de que él mismo intentaba ponerme obstáculos para que me diese cuenta de cómo es en realidad su vida, pero yo estaba tan cegada que me era imposible ver eso.

-Pues ya no quiero ir contigo. No haces más que hacerme daño. -me doy la vuelta. Necesito llegar a casa cuanto antes.

-Alison por favor... déjame explicarme

-no. ya has explicado suficiente, ahora déjame. Ha desaparecido toda la confianza que deposite en ti.

-Yo solo quería ser feliz... Contigo.

-Pues por el momento olvídate de eso. Yo no he podido ser feliz ni con Peter ni con Parker, y no voy a ser una de esas chicas de las que su mundo deja de girar por un chico.

-Lo entiendo, aunque yo si fui uno de esos chicos de los que su mundo dejo de girar por una chica.

Paro en seco. Parece derrotado al decir eso, y me dan ganas de ir y abrazarle, sin embargo él se lo ha buscado. Me ha hecho daño

-pues eso es patético. -digo recurriendo a mi orgullo mientras me quito los zapatos

-¡Espera! Alison, espera ¡Por favor!

Echo a correr por la orilla. La arena bajo mis pies empieza pegarse a mis tobillos cuando el agua pasa por encima. Cada vez que una nueva ola viene, entierra mis pies haciendo que sean más pesados para moverme. Me tropiezo un par de veces, pero no me caigo en ningún momento. Parker sigue suplicando detrás de mí. Giro mi cabeza unos segundos para poder verle y se me cae el alma a los pies al verle de rodillas en la arena a unos cinco metros, con los hombros encorvados. Esta tan cerca de la orilla que las olas rompen contra sus pantalones suavemente. El sol le da en la cara y a él no parece importarle, pues sigue mirándome. Un rayo de luz le da en la mejilla y veo un brillo que solo podría estar ahí, si Parker estuviese llorando. Oh, dios mío. Parker está llorando. Nuestras miradas se cruzan y yo aparto de mi mente todo deje de comprensión y le miro con ira. Él se da cuenta pues baja la cabeza y mira a la arena. Aparto la mirada y sigo corriendo. Ya no escucho que me llame más veces. Está completamente derrotado. Salgo de la playa por una bifurcación, mis pies tienen algo frío y duro debajo y solo entonces me doy cuenta de que estoy en el asfalto. Sigo corriendo por la carretera hasta llegar a casa mientras todo mi auto control se da por vencido y se derrumba entre lágrimas.