Capítulo 1

DOS MESES ANTES...

Escucho un ruido de fondo, no sé qué es, pero me da igual. Me doy la vuelta entre las sabanas e intento seguir durmiendo. Oigo la ventana deslizarse y gruño. A ver, sé que debería asustarme si alguien entrase en mi habitación, pero ahora mismo me da igual. Tengo sueño. Mucho. Por más que intento ignorar los ruidos no puedo evitar escuchar la ventana cerrándose o los pequeños pasitos que caminan hacia la puerta. No, quien quiera que haya entrado no intenta pasar desapercibido. Meto la cabeza entre las sabanas muy molesta. Estoy a punto de gritar que si han venido a robar, no tenían por qué entrar desde mi habitación, y mucho menos hacer tanto ruido. 

Y entonces, me doy cuenta de que debería de ser más responsable y llamar a la policía, pero... Vah, ¿A quién le importa? Si lo miramos por otro lado yo no he hecho nada malo por querer dormir. Si es un asesino en serie que ha venido a matar a toda mi familia puedo fingir que no me entere de nada. Además, si viene a matarnos, sus motivos tendrá y yo no soy quien para jugarlo. Así que decido acurrucarme un poco mejor y volverme a dormir, justo cuando el supuesto asesino me lo impide: oigo los porrazos en mi puerta y los gritos mañaneros de Sky, pego un bote y me destapo la cabeza, resoplando.

Asi que Sky es mi supuesto asesino... Pues simplemente por el hecho de despertarme, creo que ya tengo motivos de sobra para asesinarla yo a ella.

-¿Qué haces aquí?- pregunto molesta.

-¡Buenos días Alison! –Sky salta sobre mí y me golpea con la almohada.- ¿No puedo venir a saludar?

¿Saludar? oh, vamos. ¿Es que no podía esperar a que me despertase? 

Ella sonríe con una sonrisa tan radiante que hace que incluso me sorprenda su buen humor, aunque eso no debería sorprenderme ya que ella siempre es así.

-Por el amor de dios, Sky. –Miro el reloj que tengo en la pared y pongo los ojos en blanco- ¡Solo son las seis de la mañana! -digo refunfuñando.

-Sí, pero hoy hay instituto. –dice como si fuera evidente y tuviese motivo más que de sobra para pensar que puede hacer esto.- ¿Qué hay de desayunar?

-¿Siempre vienes aquí por interés? –Resoplo indignada.-  Si hubieses esperado un poco más, te hubiese llevado yo misma hacia la caja fuerte.- miento.

-¿Eh? ¿De qué hablas?

-Pensaba querías robar. -o matarnos a todos...- lo digo por eso de entrar a hurtadillas. -aclaro haciendo un gesto con la mano para fingir indiferencia.

-¿Y tú caja fuerte está llena de bollos o echa de chocolate? -pregunta riendo completamente indiferente a lo que la acabo de decir.- ¡Me muero de hambre! 

Que me despierten a las seis de la mañana me irrita, pero que encima lo haga con una alegría descomunal haciendo aspavientos con las manos me irrita muchísimo mas, y que además la situación la divierta hace que a mi irritación llegue a unos niveles peligrosos.

Repito, intentando asimilarlo por si aún no ha quedado claro: solo son las seis de la mañana. ¡Las seis! creo que alguien debe de decirla que se toma muy enserio eso de a quien madruga dios le ayuda. Suspiro dándome por vencida, porque sé que por más que lo intente, será un gasto de energía tratar de convencerla para que me deje dormir más, y a estas horas no estoy de humor para esforzarme en nada.

Niego con la cabeza riendo mientras me levanto de la cama y voy hacia el armario.

-Dame cinco minutos, voy a vestirme. –Digo abriendo la puerta.- Si quieres puedes ir a la cocina y servirte tú misma.

Saco la ropa que he elegido del armario y aún no he obtenido respuesta, así que miro a Sky. Bueno, a Sky no, al lugar en el que estaba hace tan solo dos segundos, antes de mencionar el desayuno. Suspiro y empiezo a vestirme. Parece increíble que una persona que come tanto pueda estar tan delgada.

Termino de vestirme y voy hacia la cocina donde descubro que Sky se ha terminado su desayuno y está empezando con el mío.

¡Tampoco he tardado tanto! ¿Cómo puede comer tan rápido? suspiro.

-¡Eh!- se lo quito de las manos poniendo los ojos en blanco.- Eso es para mí.

Empiezo a comérmelo y ella ríe. La verdad es que Sky dejo hace mucho de ser mi mejor amiga. Ella es mi hermana. No, no lo digo como estas niñas de trece años que dicen eso de la primera persona que ven por la calle con sus mismos gustos -de los que aun ni saben porque se acaban de conocer-. Yo lo digo casi literalmente: la vida en casa de Sky es difícil, y por eso ella pasa la mayor parte del tiempo en la mía. A mí hermano eso no le molesta, a mis padres no parece importarles y a mí me encanta.

Es rubia, de ese pelo liso y rubio platino que después de verlo pensarías que cualquier otro tipo de rubio que no sea el suyo, se ha conseguido a base de echar legía en la cabeza, y lo mejor de todo es que es natural. Heredado de su padre. De él también ha heredado parte de su mal genio, su altura -que hace que tenga unas piernas de impacto-, y esos carnosos labios. De su madre unos grandes ojos grises y una sonrisa preciosa y su buen humor cuando se da la ocasión. en definitiva, es una Barbie infiltrada en el mundo real. Creo que lo que más me gusta de ella es que por más que el grupito de las populares pretende que sea una de ellas, Sky las responde que no va a rebajarse a seguir un patrón de cómo ser, solo por ser más guapa que la media. Sí, es cierto que ella es consciente de que es muy guapa, pero no por eso se siente superior. De hecho es más guapa que todas las miembros del CFC juntas, ese Club de Faldas Cortas -como nosotras dos lo llamamos-. En realidad ella es muy liberal a la hora de vestir, y deja poco lugar a la imaginación, por lo que prácticamente se podría decir que es como ellas, pero no. yo sé que no lo es, principalmente porque si fuese como ellas no estaría aquí conmigo, pero me ha elegido a mí: Una morena de pelo rizado, paticorta, con tendencia a quedarse en casa viendo una película metida en un jersey de cuello alto, en vez de ir a una fiesta con un trozo de tela transparente que tape prácticamente lo mismo que sería capaz de tapar un cinturón.

-¿Qué vas a hacer para tu cumpleaños?

su voz hace que baje de la nube en la que me había encerrado a pensar.

 Si hay algo que ya no me sorprende de ella es su rapidez para cambiar de tema.

-¿mi cumpleaños? –Digo extrañada por la pregunta- Faltan casi tres semanas.

-Tú lo has dicho: casi. Si faltasen tres semanas no te lo habría preguntado, pero faltan tres semanas menos un día, así que técnicamente se podría decir que tus diecisiete años están a la vuelta de la esquina. 

-¿Intentas decirme que a pesar de que ayer querías preguntármelo, no lo hiciste porque faltaban tres semanas, pero que hoy me lo preguntas porque queda menos tiempo? -creo que no logro entender su forma de razonar, es más, no creo llegar a entenderla nunca.

-Exactamente. –Dice como si no fuese una locura lo que está diciendo- ¿te imaginas que en vez de faltar veintiún días faltasen veintidós? Me moriría.

Afirmó eso de tal manera que de no conocerla habría pensado que lo decía enserio. De hecho, pensándolo mejor, simplemente por el hecho de conocerla, sospecho que sí que lo ha dicho enserio. 

-Me estas asustando.

-¿Por qué? lo dices como si hubiese estado contado los minutos que para las doce de la noche de ayer para llamarte y preguntarte. -me guiña un ojo, lo cual me da motivos más que de sobra para sospechar que si fue así.

-¿lo hiciste?

-Lo importante es que no llamé, ¿vale? -lo dice avergonzada, como si ayer pensase que eso estaba bien y que no era raro en absoluto, pero que hoy viéndolo desde otra perspectiva y diciéndolo en voz alta se diese cuenta de que es una completa estupidez.

Me echo a reír. Bien, puede que mi amiga no esté tan loca como creía. 

-No tienes remedio. –Digo cogiendo la mochila para ir a clase.

 

 

Llegamos al instituto y el codo de Sky impacta contra mi costado. Hemos empezado bien el día...

-¡Eh!

Me giro hacia ella para saber porque hizo eso.

-¿Te acuerdas de Peter? Ya sabes, ese chico por el que estabas loquita en tercero.

-No, no puedo recordar nada.

Sky está sonriendo maliciosamente, y eso no me gusta. Además... ¡Me acaba de golpear y se pone a pensar en chicos!

-Oh, vamos. Haz un esfuerzo.

-¡No quiero! Me duele la tripa.

En realidad me acuerdo perfectamente de Peter, y sé que debo estar pareciendo muy infantil. Fue mi amor platónico durante dos años y medio, pero no lo voy a admitir. 

De hecho creo que sigo con la esperanza de volver a verle, y estoy segura de que si no se hubiese ido seguiría pendiente de él, pero él... Desapareció.

-Vale, pues yo te aclarare la mente: es el chico que te gustaba tanto y por el que se te caía la baba. Estuviste tres años coladita por él. ¡Me niego a creer que se te ha olvidado!

-¡Fueron dos años y medio! -respondo ofendida- Exagerada...

-¡Oh, perdóneme gran reina de la perfección! –Hizo una pésima reverencia- ¿Es usted la que piensa que estoy loca por querer llamarla a las 12 ayer?

Sky puso un acento ridículo con el que yo normalmente me habría reído de no ser porque había mencionado a Peter.

-Esta conversación es de lo más molesta.-Mascullo- Ve al grano antes de que me canse. 

-Durante los últimos meses hemos estado hablando. De ti. Le gustabas mucho, Alison. -lo dice calmada como si fuese un comentario cualquiera, pero sé que está midiendo mucho las palabras y la forma en la que las dice y yo me siento culpable por que en el fondo, sé que es culpa mía.

Aunque ambas fingimos no darnos cuenta, las dos sabemos que hay mucha tensión en el ambiente.

La verdad es que eso que acaba de decir me sorprende. Bastante. Peter me gustaba. Mucho. Creo que lo sabía. ¡Pero no porque yo le dijese nada! Lo que pasa, es que Sky estaba muy pesada con que se lo dijera, yo decía que no, pero ella insistía como si supiera algo que yo ignoraba. Y puede que fuera así, que yo ignorase algo, pues ellos tenían mucha confianza y  siempre hablaban. Al principio me sentía molesta, incluso... ¡Celosa! Pero luego descubrí que su relación no iba a más que la que tendrían unos amigos normales. Pero claro, eso fue hace casi cuatro años cuando empecé a pensar todo esto, por lo que se podría decir que éramos unos críos y mi mente no podía pensar otra cosa que no fuese que ellos eran novios. Recuerdo que al principio ellos siempre hablaban, y a veces con una simple mirada se decían muchas cosas, y claro, yo me ponía celosa porque también quería que él me contara las cosas, o por lo menos que ella no fuera a hablar con él tanto. Puede parecer infantil, pero si ella sabía que a mí me gustaba, y me negaba cuando la preguntaba si a ella le gustaba él, no entendía a que estaban tan juntitos. A sí que un día me enfade mucho con ella, pero Sky no entendía porque, y me dijo que si yo quería me contaría todo de lo que hablaban, con la condición de no decirle a él que lo sabía. Como yo estaba tan enfadada me negué y la dije que solo querría saberlo cuando fuera él quien me lo contase. Desde entonces no hemos vuelto a hablar del tema, y a veces me arrepiento de haberla dicho eso, pues en ocasiones tengo curiosidad. Pero cuando él se mudó el año pasado por temas familiares que Sky me fue a contar pero ignore en su momento, pensé que su amistad había terminado.

-¿Y si tanto le gustaba, porque no me lo dijo a mí? -Intento parecer indiferente, para que no piense que sigo pensando en que a mí nunca me contaba nada.

-¡Yo que sé! mira, lo importante es que también me dijo que ya estaba preparado para volver a clase este año.

-¿Qué? va... ¿a volver? -balbuceo sin dar crédito- No puede ser. ¡No quiero que lo haga!

-¿Porque no? te recuerdo que era el chico de tus sueños, con el que te ibas a casar y a tener hij...

-¡PARA! -Grito sin dejarla terminar- no lo digas. -Sky me mira confundida, así que añado- Me gustaba, y me costó mucho olvidarme de él, y ahora que por fin empiezo a olvidarme realmente de como es, incluyendo su forma de ser y su físico, ahora va a aparecer y a poner mi vida patas arriba.

-¿Me estás diciendo que te sigue gustando?

 -Hay veces en las que aún le recuerdo, pero muy vagamente.

-Esa no ha sido mi pregunta.

-No. no me sigue gustando.

-¿entonces...?

-Me da miedo que vuelva a hacerlo. 

-¿por qué?

-Pues porque me gustaba y cuando por fin parecía que entre nosotros sí que podría haber esperanzas desapareció sin tan si quiera despedirse. Y porque ahora que ha pasado casi un año desde eso y me olvido decide volver. no es justo. Quiero rehacer mi vida.

-Mira, tú lo que tienes que hacer es relajarte. Él dijo que vendría mañana. Solo te lo aviso para que lo sepas y porque...

-Buenos días, señoritas. -El profesor de ciencias había entrado en clase.- Soy yo, vuestro profesor. Ya sabéis, ese que cuando entra en case enseña cosas... Así que debéis callaros si veis que ya estoy aquí.

Sonrío y me siento en mi sitio, justo al lado de Sky. 

Recordaba haber llegado al instituto, pero no entrar y mucho menos andar hasta nuestra primera clase del día. Por suerte tenemos ciencias a primera hora. Creo que este profesor es el único que realmente es agradable con sus alumnos y que les ayuda porque le importa lo que piensan.

Miro a mi alrededor pidiéndole perdón en un susurro cuando me doy cuenta de que hay un chico nuevo en clase. Se me ponen los pelos de punta y mi cuerpo se tensa por completo. Sky me mira confundida y yo señalo con la cabeza al chico de la gorra que hay al fondo de la sala. No puedo verlo bien porque tiene la cara tapada con la visera, y al estar cerca de la ventana, la sombra le tapa. Esta sentado con las piernas estiradas, un codo apoyado en el respaldo de la silla, y sujetándose la cabeza con la mano. Con el otro brazo está escribiendo algo en un folio, creo que dibujando, y parece estar tan concentrado en lo que hace que no se da cuenta de que el profesor mira hacia él.

-Chicos, os presento a vuestro nuevo compañero.- el profesor le señala y chasquea la lengua para llamar su atención. Por fin levanta la cabeza y suelta el lápiz- ¿haría el favor de venir aquí para que sus compañeros le puedan ver? -El aludido se pone de pie y cuando va a acercarse al centro de la clase, el profesor hace un gesto con el brazo y niega lentamente- Por favor, quítese la gorra en clase, es de mala educación- mientras el nuevo deja la gorra sobre la mesa, el profesor sonríe amablemente- Queridos alumnos, les presento a su nuevo compañero para lo que queda de curso. ¿Cómo te llamas, chico?

Cuando se quita la gorra puedo apreciar que no es el chico del que estuve enamorada. Su pelo es negro y corto, y el de Peter era rubio y un poco más largo.

¿Un nuevo en pleno abril? ¡Eso es una locura!

-Llamarme Parker – Responde tras unos segundos. Cuando llega al centro de la clase, mira a cada uno con atención como si intentara aprenderse las caras o saber la forma de ser de cada uno con solo mirarnos a los ojos. O eso me parece a mí cuando sus ojos se topan con los míos. Me da la sensación de que mantiene la mirada unos instantes más conmigo que con el resto de la clase, pero quizás solo sean imaginaciones mías. ¿Qué iba a hacer un chico tan guapo y con esos enormes ojos tan azules mirándome a mí?   

-Estoy seguro de que el señor Waters a pesar de haberse incorporado más tarde al grupo, sabrá comportarse y hacer amigos en muy poco tiempo- el profesor de ciencias que agarra a Parker por el hombro, se dirige hacia este y sonríe amablemente.- Ya puede sentarse señor Waters.

 

 

 Después de que Parker volviese a su sitio, el resto del día pasó sin novedades y con el aburrimiento habitual de un lunes normal: aparecieron seis profesores diferentes a lo largo de seis horas diferentes, lo único que parecía mantenerse constante o igual era mi aburrimiento, que solo variaba en los momentos en los que pensaba en Peter o cuando notaba que Parker me miraba desde el fondo de la sala. Cuando me miraba me sentía incomoda. No sé porque, pues miraba a toda la clase. Realmente sentía que algo no iba bien en ese chico. Pueden ser paranoias mías, pero durante su primer día, en el que un chico normal habría sentido que no encaja y estaría todo el día mirando a su mesa sin atreverse a levantar la mirada para poder pasar desapercibido, él parecía saber algo que nadie más podía entender. Para empezar, lo suyo no era ser inadvertido y eso lo pude averiguar al descubrir que aprovechaba cada minuto de silencio en clase para soltar una risita irónica, muy molesta para mi gusto. Además él miraba a cualquiera con una de sus miradas desafiantes de esas que aunque tú le mires también, él no deja de hacerlo y acabáis en un duelo para ver quien aguanta más. Ósea, que tiene el aspecto del típico chulo idiota que se cree el mejor de una clase a la que acaba de llegar.

De hecho, se podría decir que las dos únicas palabras que han salido de sus labios en todo el día ya me molestaron. Sé que dijo "Llamarme Parker", pero lo dijo usando un tono autoritario, incluso parecía que decía "Soy vuestro Dios. Temerme y amarme a ambas partes por igual. Os lo ordeno" ¿Qué pasa si no quiero llamarle Parker? Vale, puede que la culpa sea mía y que me esté comportando de una manera muy estúpida -que después de despertarme a las seis de la mañana, recibir un codazo nada más llegar a clase y que me recuerden la existencia de Peter, no es de extrañar en absoluto-, pero es que cuando dijo ese "Llamarme" Lo dijo como si fuese una orden, no dijo "hola, me llamo Parker" ni nada por el estilo, él entro dando órdenes como si mandase aquí cuando es la última mierda en entrar. No pretende hacer amigos al hacer eso con su bienvenida y eso no es lo que haría un chico normal. creo que lo que no me encaja de él es que si al menos tuviese aspecto de cerebrito, de esos que solo piensan en estudiar y que les da igual hacer amigos o no por que su único pensamiento es sacar la nota más alta de la clase, tendría más sentido, pero Parker no parece de esos en absoluto. el parece de los que se pasa las mañanas hablando con el director por causar problemas o lanzando avioncitos a los pobres estudiantes que pretenden concentrarse en clase porque aspiran a algo más que a estar en la cárcel -que es el sitio en el que imagino a Parker en un par de años- , y lógicamente todas esas cosas de los avioncitos no las hace uno solo, las hace un grupo de gamberros, como diría mi madre, y eso es exactamente lo que lo que le falta a Parker: Un grupo de amigos con el que hacer todo tipo de idioteces, y le aseguro que no lo conseguirá comportándose como un idiota con todo el mundo.  

Una campana suena y hace que peje un bote en el sitio.

la ultima hora a terminado y yo me la he pasado pensando en el nuevo, que bien. Me enfado con él por conseguir que me quede pensando en el sin tan siquiera conocerle, pero al mismo tiempo le agradezco el haber hecho el milagro de que se pasase la clase tan rápido.

Guardo mis cosas a todo correr y me dirijo hacia la puerta para salir de aquel infierno al que llaman instituto, cuando alguien me agarra de la muñeca. Me giro y tengo a Parker mirándome fijamente a los ojos. No voy a apartar la mirada, no otra vez.

-Hola, me preguntaba que hace una chica tan guapa como tú en un instituto como este –hace un ademan con la mano dirigiéndose a su alrededor como si fuese obvio que hay algún problema con las otras personas. 

Pongo los ojos en blanco. ¿Quién es este don Juan y porque actúa como si yo  fuese un bicho raro?

-Bueno, creo que mi inteligencia se mide por lo que aprendo o me enseñan, no por mi belleza -Ahora soy yo quien señala hacia el profesor.

Él mira en dirección al profesor de última hora y sonríe alzando una ceja.

-Pero puedes ir a otro instituto con gente tan preciosa como tú.

-¿Me estas llamando tonta? -Al segundo de decir eso me arrepiento. lo he dicho en un tono demasiado borde y brusco y no quiero que piense que me ha afectado lo mas mínimo lo que ha dicho.

le miro con indiferencia. En sus ojos hay dolor pesar de que su voz seguramente sigue siendo sarcástica, -porque dudo que tenga sentimientos, como el dolor o algo así- Así que añado:

-Si me dieran una moneda cada vez que alguien me ha dicho que soy guapa, ahora tendría una moneda. No me intentes hacer cumplidos porque la respuesta es no. No voy a acostarme contigo.

-¿Acostarte conmi...? Oye, ¿Crees que es a eso a lo que he venido? -se está pasando la mano por el pelo desesperado intentando buscar la manera de arreglar lo que ha dicho, por lo que imagino que se pensaba que en un par de cumplidos ya me tendría en la cama y ahora que está muy necesitado no me tiene. -Si realmente quisiera follar no habría venido a hablar contigo, para eso está Elisabeth. -Ahora está serio pero aun así yo suelto una carcajada Por lo que acaba de decir.

Puede que este chico acabe siendo amigo mío.

Elisabeth es la típica chica repelente que quiere que todos la miren, y al parecer debe ser tan obvio que quiere ser superior al resto de chicas que hasta el nuevo lo ha descubierto en tan sólo seis horas. De hecho es La líder del CFC.

-Vale, eso se lo dejamos a ella, pero entonces, ¿A qué has venido?

-A conocerte -Parker me sonríe y por primera vez parece una sonrisa amable y sincera. Aprovecho para mirarle y admirar lo guapo que realmente es. Entonces, mira hacia abajo y ve que aún está agarrando mi muñeca. Suelta la presión sobre mí pero sin soltarla, mientras coge un bolígrafo y me escribe algo con la otra mano. Le miro, pero esta vez es otra vez volviendo a pensar que este chico me irrita ¿Porque se toma tantas libertades? ¿Quién le ha dado permiso para pintarme el brazo? Cuando se da cuenta de que le estoy observando tapa, con la mano que me sujetaba el brazo, lo que está escribiendo para que no lo lea- No mires.

A pesar de que no me gusta que me manden y que podría mandarle yo a él a otro lugar mucho mejor, decido callarme y obedecer, no sé si es porque no quiero tener enemigos desde el primer día que lleguen, o porque me gusta la calidad de sus dedos sobre mi piel y esa manera delicada con la que mueve el bolígrafo suavemente por mi brazo, pero no lo aparto a pesar de que él ya me lo ha soltado. Vah, menuda tontería, claro que se cuál es el motivo, es la primera opción, espero...

Aparto la mirada y durante esos diez segundos en los que sigue escribiendo pienso en lo mucho que me recuerda a Peter en ese momento. Ya no recuerdo mucho de Peter, quizás pueda recordar que es rubio, pero no el color exacto. En cambio, si le tuviera delante de mí ahora mismo, seguramente le reconocería por el pelo entre otras cosas. Por eso, la sonrisa sincera que tiene Parker ahora mismo, me recuerda a esa sonrisa que tenía Peter. ¿Cómo es posible que dos chicos tan complejos de maneras diferentes puedan parecerse tanto en una cosa tan simple? Creo me estoy volviendo loca desde que sé que mañana Peter estará en esta misma sala. Lo mejor será que me vaya a pensar en que le voy a decir o que voy a hacer cuando este con el... Incluso a elegir la ropa que me voy a poner por la mañana imitando a esas niñas pijas de las películas. Lo que sea con tal de olvidar lo incomodo que ha sido este día.

-Ya puedes mirar.

La sonrisa irónica de Parker me saca de mis pensamientos. Me gustaba más la otra sonrisa.

-Parker me encantaría quedarme, pero tengo mucha prisa. -Cojo mi mochila y camino hacia la puerta. Antes de salir, miro mi brazo “Creo que eres preciosas y MUY inteligente. Llámame, creo que Elisabeth tiene otros planes para esta tarde." Debajo hay un número de teléfono apuntado. Intento no sonreír por la absurda de Parker.

 -Bueno, di algo... ¿crees que tengo posibilidades? - ¡Vaya! Parece realmente interesado... Me giro y veo que está sentado encima de la mesa en la que yo estaba apoyada hace menos de un minuto.

-Mmm... Creo que tienes... Una bonita letra -respondo indiferente

 La letra más bonita que había visto nunca, para ser exactos. Y quizás me lo parece porque me recuerda a la de Peter. Otra vez.

Él sonríe complacido y ladea la cabeza.

-¿Eso significa que sí que las tengo? -No sé a qué se refiere y él debe darse cuenta por la cara de confusión que tengo ahora mismo, porque añade- Las posibilidades. -responde con una inclinación de cabeza a mi pregunta no formulada.

Así que no se da por vencido fácilmente...

-Digamos que he ido a bares o discotecas donde han sido más creativos con lo que me apuntaban y el lugar donde lo hacían. -Le guiño un ojo como despedida y salgo de clase.

 

La verdad es que es la primera vez que alguien me escribe algo así, pero él nunca lo sabrá.